Aquí,en la Tierra, en ocasiones nos preocupa el impacto que puedan tener las
llamaradas solares sobre nuestros sistemas eléctricos. Pero las
llamaradas solares del Sol son insignificantes en comparación con las
que se pueden producir en otras estrellas. Un nuevo estudio llevado a
cabo en la Universidad japonesa de Kyoto, ha encontrado tras estudiar
datos obtenidos por el telescopio espacial Kepler, que las estrellas
denominadas superflares (superllamaradas) son más comunes de lo que se
pensaba. Algunas llegan a producir emisiones miles de millones de veces
más potentes que las de nuestro Sol.
Los científicos conocían la existencia de las superflares desde hacía tiempo, aunque poco se sabía de ellas. Sin embargo, durante los últimos años, se había llegado casi a un consenso sobre su naturaleza. Se creía que estas grandes emisiones eran causadas mediante la interacción de lo que ahora conocemos como "Júpiters calientes", es decir, cuando un planeta gigante se encontraba muy próximo a la estrella.
Este nuevo estudio socava esta teoría. De las 365 estrellas superflares estudiadas, se comprobó que 148 de ellas no tenía ningún Júpiter caliente en sus proximidades. Debido a esto, los astrofísicos deben volver a examinar este tipo de estrellas para comprender su naturaleza. Algunos científicos han sugerido que en lugar de Júpiters calientes, quizá lo que interaccione con la estrella sea una Súper Tierra, un exoplaneta frío separado a mayor distancia de la estrella. Este tipo de interacción sería mucho más difícil de observar porque estos planetas no son en su mayoría detectados por Kepler.
Los científicos conocían la existencia de las superflares desde hacía tiempo, aunque poco se sabía de ellas. Sin embargo, durante los últimos años, se había llegado casi a un consenso sobre su naturaleza. Se creía que estas grandes emisiones eran causadas mediante la interacción de lo que ahora conocemos como "Júpiters calientes", es decir, cuando un planeta gigante se encontraba muy próximo a la estrella.
Este nuevo estudio socava esta teoría. De las 365 estrellas superflares estudiadas, se comprobó que 148 de ellas no tenía ningún Júpiter caliente en sus proximidades. Debido a esto, los astrofísicos deben volver a examinar este tipo de estrellas para comprender su naturaleza. Algunos científicos han sugerido que en lugar de Júpiters calientes, quizá lo que interaccione con la estrella sea una Súper Tierra, un exoplaneta frío separado a mayor distancia de la estrella. Este tipo de interacción sería mucho más difícil de observar porque estos planetas no son en su mayoría detectados por Kepler.
El equipo también
encontró que las estrellas superfleres giran más rápido que las
estrellas ordinarias. De los 365 astros estudiados, sólo 101 giraban
lentamente. También detectaron que en la mayoría de los casos, las
estrellas estaban salpicadas de grandes manchas solares. Por estas
razones, y porque no hay evidencias de grandes llamaradas, el equipo de
científicos cree que nuestro Sol no sería capaz de experimental tal
actividad.
Las llamaradas solares son causadas por la repentina liberación de energía magnética almacenada cerca de las manchas solares. Liberan entre 1029 y 1032 ergios de energía en una escala temporal de horas. Erupciones similares han sido observadas en muchas estrellas algunas de las cuales rotan entre 4 y 5 veces más rápido que las estrellas de tipo solar.
En resumen: se han detectado súper llamaradas con más frecuencia en estrellas de rotación rápida con grandes manchas solares. Se ha propuesto que la existencia de Júpiters calientes puede tener repercusión en este tipo de actividad pero no se ha detectado ninguno cerca de una superflare.
Los científicos esperan poder ofrecer nuevos datos a partir de sus próximas investigaciones.
Más información en el enlace.
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