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Mejorando la batimetría |
CryoSat fue lanzado en 2010 para medir el grosor del hielo en el
Ártico, pero sus datos también están sirviendo para otro tipo de
estudios. Prueba de ello es el mapeado de alta resolución de los fondos
marinos que se está llevando a cabo con este satélite de la ESA de
observación de la Tierra.
El objetivo principal de
Cryosat, cuya órbita pasa por los polos terrestres, es medir el grosor
del hielo marino polar y monitorizar sus cambios en Groenlandia y la
Antártida.
Pero el altímetro radar de Cryosat no sólo
es capaz de detectar variaciones pequeñas en la altura del hielo;
también mide el nivel del mar.
La topografía de la
superficie del océano se adapta a las elevaciones y depresiones del
fondo oceánico, por efecto de la gravedad. En las áreas donde la masa
del fondo es mayor, como en las montañas submarinas, la atracción
gravitatoria también es mayor, lo que atrae más agua y genera un ligero
aumento de la altura de la superficie marina.
Como
consecuencia, los instrumentos que miden el nivel de la superficie
marina también mapean indirectamente la topografía del suelo oceánico.
Esto es especialmente útil en las áreas donde estos mapas aún no han
sido realizados.
Varias misiones recientes, como
GOCE, de la ESA, han proporcionado datos muy precisos sobre la gravedad
global. Su resolución espacial es de cientos de kilómetros.
Pero
el altímetro radar de Cryosat mide la gravedad en la superficie marina y
da información sobre el relieve del fondo oceánico con una precisión
superior: a una escala de cinco a diez kilómetros. Se trata del primer
altímetro radar en 15 años capaz de mapear el campo gravitatorio de la
superficie marina con una resolución espacial tan alta.
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Mapeando el suelo marino |
Estudios recientes del Instituto Oceanográfico Scripps, en San Diego (EEUU), demuestran que Cryosat es 1,4 veces más preciso que el satélite estadounidense Geosat, o que ERS-1, de la ESA.
Según sus estimaciones, este rango de precisión mejorado permitirá obtener, tras tres años o más de medidas, mapas topográficos de los suelos oceánicos -la batimetría- de dos a cuatro veces más precisos que los disponibles actualmente.
“Sabemos más sobre la superficie de Venus y Marte que sobre la batimetría de los fondos oceánicos”, ha dicho David Sandwel, del Instituto Oceanográfico Scripps.
“El nuevo mapeado de Cryosat revolucionará nuestra comprensiń de la tectónica de los fondos oceánicos, y revelará puede que unos 10.000 volcanes submarinos desconocidos”.
La mayoría de los altímetros radar, como el instalado a bordo de Jason-2 -una misión conjunta de CNES/NASA/Eumetsat/NOAA) sobrevuelan la misma región a intervalos de diez días, para vigilar los cambios asociados a corrientes marinas y a las mareas.
El ciclo orbital de 369 días de Cryosat proporciona un denso mapeado de la superficie oceánica global. Los pases están separados entre sí unos cuatro kilómetros. Para reducir el ruido en los datos provocado por las corrientes y las mareas se promedian las mediciones de Cryosat a lo largo de tres o cuatro años.
Enlace original: ESA.
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