Esta colorida visión del cúmulo globular NGC 6362 fue captada por el
instrumento Wide Field Imager, instalado en el telescopio MPG/ESO de 2,2
metros, en el Observatorio La Silla de ESO, en Chile. Esta nueva
imagen, junto con otra de la región central obtenida por el telescopio
espacial Hubble de la NASA/ESA, proporcionan la mejor visión jamás
obtenida de este cúmulo poco conocido. Los cúmulos globulares están
compuestos, principalmente, de decenas de miles de estrellas muy viejas,
pero también contienen algunas estrellas con aspecto sospechosamente
joven.
Los cúmulos globulares de estrellas se encuentran entre los objetos más viejos del universo, y NGC 6362 no puede ocultar su edad en esta imagen. Las numerosas estrellas amarillentas del cúmulo ya han vivido la mayor parte de sus vidas y se han convertido en estrellas gigantes rojas. Pero los cúmulos globulares no son reliquias estáticas del pasado — en estas densas ciudades de estrellas, aún tienen lugar algunas curiosas actividades de tipo estelar.
Por ejemplo, NGC 6362 es el hogar de muchas rezagadas azules — estrellas
viejas que logran hacerse pasar por estrellas más jóvenes. Todas las
estrellas de un cúmulo globular se formaron a lo largo de un periodo de
tiempo bastante corto (típicamente, la mayor parte, hace unos diez mil
millones de años). Aún así, las rezagadas azules son más azules y más
luminosas — y, por ende, más masivas — de lo que deberían ser tras diez
mil millones de años de evolución estelar. Las estrellas azules son
estrellas calientes que consumen su combustible rápidamente, de manera
que si estas estrellas se formaron hace unos diez mil millones de años,
deberían haberse apagado hace mucho tiempo. ¿Cómo han sobrevivido?
Los astrónomos necesitan comprender el secreto de la aparente juventud de las rezagadas azules. Actualmente hay dos teorías principales: estrellas en colisión y fusión, y una transferencia de material entre dos estrellas compañeras. La idea básica tras ambas opciones es que estas estrellas no nacieron tan grandes como las vemos hoy, pero recibieron una inyección de material extra en algún momento de su vida y esto les proporcionó un tiempo extra.
Los astrónomos necesitan comprender el secreto de la aparente juventud de las rezagadas azules. Actualmente hay dos teorías principales: estrellas en colisión y fusión, y una transferencia de material entre dos estrellas compañeras. La idea básica tras ambas opciones es que estas estrellas no nacieron tan grandes como las vemos hoy, pero recibieron una inyección de material extra en algún momento de su vida y esto les proporcionó un tiempo extra.
Pese a que no es tan conocido como otros cúmulos globulares más
brillantes, NGC 6362 es muy interesante para los astrónomos y ha sido
muy estudiado a lo largo del tiempo. Fue seleccionado como uno de los
160 campos de estrellas para el pre-sondeo FLAMES — un sonde preliminar
llevado a cabo entre 1999 y 2002 utilizando el telescopio de 2,2 metros
de La Silla con el fin de encontrar estrellas susceptibles de ser
utilizadas para llevar a cabo observaciones con el instrumento
espectroscópico FLAMES del VLT. Esta imagen es el resultado de parte de
los datos obtenidos en este sondeo.
La nueva imagen muestra todo el cúmulo en contraste con un rico fondo de estrellas de la Vía Láctea. Las partes centrales de NGC 6362 también han sido estudiadas en detalle por el telescopio espacial Hubble de NASA/ESA. La imagen del Hubble muestra un área mucho más pequeña del cielo en mayor detalle. Las dos imágenes — una de amplio campo y otra con efecto zoom — se complementan perfectamente.
La nueva imagen muestra todo el cúmulo en contraste con un rico fondo de estrellas de la Vía Láctea. Las partes centrales de NGC 6362 también han sido estudiadas en detalle por el telescopio espacial Hubble de NASA/ESA. La imagen del Hubble muestra un área mucho más pequeña del cielo en mayor detalle. Las dos imágenes — una de amplio campo y otra con efecto zoom — se complementan perfectamente.
Esta brillante bola de estrellas se encuentra en la constelación austral de Ara (El Altar). Puede verse fácilmente con un telescopio pequeño. La localizó por primera vez en 1826 el astrónomo escocés James Dunlop utilizando un telescopio de 22 centímetros en Australia.
Enlace original: ESO.
No hay comentarios:
Publicar un comentario