Los anocheceres de febrero, entre el final del crepúsculo y la medianoche, nos permiten ver en la eclíptica, culminando a gran altura, la constelación de TAURO, con el singular cúmulo abierto de Las Pléyades (M45), y la gigante naranja Aldebarán (Alpha Tau), el "rojo ojo del toro celeste"; y seguidamente, la constelación de GÉMINIS, con Cástor y Pólux. (Alpha y Beta Gem). Cayendo por el SO vemos los planetas Venus, Marte y Urano, en PISCIS y también en la eclíptica vemos ARIES que se oculta por el O-NO hacia medianoche.
Al Sur de la eclíptica, debajo de "los peces" vemos CETUS, "la ballena", y debajo de "el toro" advertimos algunas de las estrellas de ERIDANO, "el río" que naciendo cerca de Rígel (Beta Ori), en los pies de ORIÓN desciende trazando un amplio arco hacia el Sur hasta desaparecer por nuestro horizonte meridional.
ORIÓN destaca en el cielo de invierno por su característico "cinturón" que alinea de izquierda a derecha a Alnitak, Alnilam y Mintaka (Zeta, Épsilon y Delta Ori ); por encima del cinturón vemos la dorada Betelgeuse (Alpha Ori); hacia el SE, nos encontraremos con la estrella más brillante del firmamento nocturno, Sirio (Alpha CMa) en la constelación del CAN MAYOR, y hacia el Este de Betelgeuse al otro lado de la Vía Láctea, la estrella principal del CAN MENOR, Proción (Alpha CMi). Estas 3 estrellas conforman el popular asterismo de "el triángulo de invierno"
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Nebulosa de Orión M42. Foto cortesía de Iñaki Taboada |
En ORIÓN, debajo del cinturón, con un pequeño telescopio podremos admirar la brillante Nebulosa de Orión (M42).
También tras el crepúsculo, por el Este vemos levantarse la pequeña constelación de CÁNCER, perseguida por LEO, y más tarde, cerca de medianoche, por el E-SE las primeras estrellas de la constelación de VIRGO que traen consigo al gigante gaseoso Júpiter y sus lunas.
Por el cénit, al final del crepúsculo ya advertimos a Capella (Alpha Aur) en la constelación de AURIGA.